lunes, 9 de septiembre de 2013

Es de locos intentar entregarse por completo a alguien cuando ese alguien no desea ubicar en su espacio el producto.

Curioso resulta que cuando poseemos algo que nos parece magnífico automáticamente deje de parecérnoslo si vemos que el vecino también posee algo similar.

La gente suele desviar la mirada cuando ve a alguien con “mal” aspecto, o bien porque piensan que es un mendigo y no quieren sentir vergüenza al no ayudarle, o bien porque temen que sea un delincuente y la tome con ellos.
Yo tengo un aspecto muy desaliñado y apartan sus ojos de mi con frecuencia. Siempre me he preguntado por cual de los dos motivos será. Lo que sí tengo muy claro es cual preferiría, pero no lo digo.

Es evidente que las tres cosas que he dicho anteriormente no tienen nada que ver una con otra, ¿o quizá alguna sí?, por lo que sólo me queda hacer una pregunta:
¿Por qué coño mi cirujano dental se está demorando tanto en quitarme los puntos de las encías?.

(Tano)

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