lunes, 30 de abril de 2012

RULETA




 Nada habría cambiado en la nada
si aquel metálico chasquido
del arma por el azar manejada
hubiera tornado su melodía
en ruido seco
esparciendo muerte
en los sótanos  del final.

 Todo igual en el vacío
si aquellos rostros sedientos,
ocultos entre brumas rojas de sangre,
hubieran saciado su hambre
con sesos desparramados,
jirones de aquella locura blanca,
de ese remordimiento
envuelto en piel de desidia
y sin temblor en el dedo.

 Idéntica historia sin escribir
si sólo un cuarto de vuelta menos
hubiera girado el tambor
en tan sólo una ocasión,
encendiendo en fuego
el cilindro plateado,
haciendo astillas las sienes,
abortando terrores y pesadillas,
ahorrando locuras y agravios
y gasto en insecticida para ladillas.

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