domingo, 15 de abril de 2012

ENSUEÑO




 Parada obligada son las horas de luz
soportando tensiones
en el cráneo vidriado
resistente a las balas pero no a sinsabores
del futuro incierto
y de cortocircuitos
en la quimeras.

 Ansiados esos momentos
que preceden a la pesadilla;
minutos de ensueño
donde la ilusión es dueña y señora
del tiburón dorado por abrazar,
del barro azul con rojos destellos
donde se ansía varar,
y de los besos pendientes
de esa piel por besar.

 Estirar como nubes esos instantes
es la sola receta
para sobrevivir a la incógnita
de imposible respuesta,
al intentar comprender si es cierto ese amor,
y al peligro de una mala respuesta
tras sucumbir al sopor.

 Pero nada podrá erosionar
la piedra que llevo dentro de mi
queriendo ser sol.

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