Siempre he asociado a las mujeres con colores.
A algunas me ha costado trabajo
y he ido cambiando de color
y he ido cambiando de color
hasta asociarlas con varios.
Quizá porque mi primer amor,
cuando yo era el piratilla
de una aldea mediterranea de pescadores,
fue una francesita morena
de ojos tan transparentes
que era imposible asignarles un color.
…Ay, creedme, ella también enloqueció por mi.
Vestía vaporosos vestidos
cuyo tono iba cambiando;
y cuando me parecía imposible
que pudiera estar más linda,
al siguiente día se superaba.
Las niñas de mi barrio también iban de colores,
pero sus vestidos estaban hechos de retales
y no lucían igual;
lejos de aquella aldea la vida era gris,
y las niñas eran grises,
… al menos para mi,
piratilla ascendido a capitán
gracias a los besos de una niña de colores.
Pero eso es algo innato en mi,
pues después me he dado cuenta
de que a las mujeres
que con más colores he asociado
han sido las que más amé,
y si una abarca toda la gama
… dejo de ser de mi propiedad.
Aún me ocurre,
aún siento colores,
… creo que me ocurrirá hasta que muera
… aunque mi muerte sea gris.
(Tano)
1 comentario:
Que buen poema!hermoso!!tierno amigo,yo te asocio a mis colores pastel,
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