Dicen que hay un límite casi imperceptible,
que son caras de la misma moneda,
contrarios y complementarios,
… que entre ellos sólo hay un paso.
Si nunca fui buen equilibrista,
si el medir las distancias no fue mi virtud,
me pregunto porque nunca te he odiado,
… ¿Es quizá que nunca te he amado?.
Entonces:
¿Por qué siempre veo tu cara
en cada copa de cualquier árbol?,
¿Por qué siento tus aromas
en cada nube y en cada charco?,
¿Por qué …………..
(Tano)
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