Aunque la ausencia de sonido
atraviese espumando
un salitroso desierto azul,
anhelo que las sienes acompasadas
de nuestros corazones
perciban las señales arenosas
que de caracola en caracola
emiten nuestros pies desnudos,
nuestros labios descalzos,
… para siempre,
con frecuencia
… como antaño.
1 comentario:
¡¡JOER NANO!! Que, bueno, me ha encantado. Un abrazo.
Antonio
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