No sé si es la inadecuación de mi herramienta
o mi torpeza al utilizarla
pero no puedo abrir tu pecho
para ver lo que arde en tus entrañas.
Cuando me cuelo por un lacrimal
tú me expulsas por el otro
envuelto por una lágrima,
... tú, que nunca lloras,
sólo mojas tus mejillas
para que yo no pueda besarte el alma.
Así paso los días,
de ojo en ojo y lamiendo tus legañas,
soñando que me sueñas,
paseando mis acais por tu mirada.
(Tano)
1 comentario:
Impenetrable a pesar de la insistencia del poeta...
No dejes de intentarlo
Un abrazo
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