El amazonas es un
surco
horadado en las sobras
del banquete de los decesos,
de la flora seca por la ausencia
de detritus que transporten
las semillas.
De sedentarismo
murieron los débiles
celebrando la ausencia
de depredadores
consumidos por la pandemia.
No sobrevive ni dios,
ni su hijo resucita
al tercer día del entierro.
Nada ya en lo que
creer,
no me queda otra salida,
si total, son cuatro días,
yo me vuelvo con mis putas,
unas rayas,
unas copas,
no necesito más,
ellas me dan cariño
y apaciguan mi pesar.
Suerte que nos adorna
a los que no nos apremia
el síndrome de follar.
2 comentarios:
Que bueno, primo. A tomar por... todo. Me partode risa y me gusta gu fuerza.
Mil gracias, primo. Perdona la tardanza, pero ando disipado con otras historias y tengo muy abandonada la atención a la gente en los blogs.
Un abrazo.
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