domingo, 3 de marzo de 2013

MUCHA MIERDA

(Ya sabéis que en el teatro se desea “mucha mierda” en lugar de “mucha suerte”)


Terribles presentimientos asolaban los bolsillos
del caminante insomne que vio sangrar
fluidos arcoiris del costado de un mal dios
cosido a navajazos en peleas de taberna.

Curtido de ayudar a consumar el chute
a putas callejeras que tiradas entre orines
macheteaban sus huesos con jeringas
incapaces de encontrar el corazón de la vena.

Las flechas recibidas de Cupido
se contaban como puñaladas traperas
que acabaron con restos de cadáveres hediondos
que poblaron de ratas las aceras.

La suerte que acompaña el final de su camino
lleva escrito un nombre de mujer
que de su mano camina por la calle
mientras se ríen de que nadie pueda verla.

Final feliz, que él sabe será eterno;
final profundamente afortunado
para un remedo de obra de teatro
recompensada con demasiada “mierda”.

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