De repente, lugar de paso
de almas catetas con locales orgullos
de falsos paraísos de ignorancia
que pretenden ascender
a categoría universal.
Cámaras en ristre atracan
en busca de respuestas ya esperadas
con figuras imposibles de negar
a los ausentes transeúntes,
a esos cuya mirada no muestra
la intención de una frase mordaz.
La nada y los notarios del vacío,
el minuto de patética gloria
y el quedarse en el camino.
Mi cobardía no permite proclamar
que el colofón de su capricho
negará mi intención de pervivir;
su orgullo, egoísmo y paranoias
…¡que asco me dan!,
…¡que pena me dan!.
1 comentario:
Está uno que se sale de desazón. Hagas lo que hagas todo parece tan escaso...
...Que asco si, lo dices alto y claro.
Abrazos Tano, al menos sigue habiendo cosas que merecen la pena.
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