sábado, 8 de junio de 2013

VÍCTIMA Y VERDUGO


Los intento asociar con horas de desfase,
sonidos y caída de párpados
ante el potenciómetro variable que me los trae,
imágenes y sonidos que me acompañan en mi rodar
hasta el sucedáneo del líquido que te define,
que me define, que nos definió;
yo, allá arriba, negro;
tú, arco-iris, al otro lado del cristal.

Mi fe, acompañando a mis sueños,
en el limbo de los que ya no sangramos
más que grumos color negro.

Ya no mato por amor, tan sólo muero,
pero mantengo mi acero reluciente,
sus engranajes lubricados,
que nunca se sabe si algún día,
de esos que agarras con el pie cambiado,
la sangre no me vuelve a reclamar.

Si morir es ley de vida,
matar es hacer cumplir la ley,
…en el amor, también.

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