Parpadeo de faro,
canto bello de sirena desde el extremo del cabo,
hechicero vaivén que destroza quillas a los barcos,
desquicia rumbos inseguros
y desata mares de pasiones clavando sus tiernos puñales
en el corazón valiente del pirata osado.
Reloj de cuco forrado
de piel de seda
que enloquece las horas jugando con su frecuencia,
asomando su pico cuando menos se espera
para desaparecer mohíno
oculto a los sentidos que ansían sus favores
al fondo de su caseta de madera de pubis de castaño,
de orificios fuentes de fragancias etéreas, pasajeras,
calor que hace hervir las venas.
Orgánica montaña
rusa,
violento sube y baja de formas redondeadas,
tiernamente obscenas,
mirada fija en mis ojos partiendo de mis caderas,
espalda que llama a mis manos,
perdición para este pez el cebo que son tus pechos,
tus glúteos blancos de cera
y los dedos de tus pies como infalibles anzuelos
que mi ansiosa boca anhela
por ser prendido sin puerta a la huida,
por ser esclavo de tu vivir en la tierra,
por ver correr por tus piernas arroyos de tus esencias.
2 comentarios:
Cautivador recorrido de curvas acuarelas que se deslizan en esas aguas intensas dejando pies a las sirenas.
Una vez escribí un poema de "esperas prolongadas" titulado "Le están creciendo pies a tu sirena" me lo ha recordado el tuyo.
Te fundes Tano, en asuntos de amores tu pluma deja huellas profundas, en otros también eh? pero aquí yo creo que los bordas.
Un abrazo enorme
Agradecidísimo, mi querida ANA. Tus comentarios cada vez son más reconfortantes.
Buscaré tu poema, supongo que estará en MP. Si es así probablemente lo habré leído, pero no lo recuerdo.
Un millón de besos.
Publicar un comentario