Arrugas en el
entrecejo
y dolores de cabeza,
fístulas y puntos de sutura,
escozores en la carne viva
del corazón del alma;
cerbatanas de envenenados dardos
y brechas abiertas
en la flor de los costados.
¿Sólo dolor?,
¿sólo llanto?,
¿sólo sueños cercenados?.
Ninguna noticia es la peor,
ni siquiera la muerte,
tan sólo otro accidente,
habrá que dar un rodeo
y no abandonar el barco.
Hay tiernas manos que
a puñetazos
derriban muros,
sedas que aguantan los desgarros
de cien puñales.
Hay plantas que arraigan en dunas,
y en las aguas,
y en los vientos;
que alcanzan el sol en su vuelo
pues sus alas no son de cera;
y lo tocan,
y sin dudar, lo atraviesan;
saben que del otro lado
saben que del otro lado
se ven los oros
que les esperan.