Perdemos la perspectiva
cuando no queremos ver
lo bonito, lo más bueno, lo que importa de verdad.
Se nos vicia la mirada
y dañamos sin querer
nuestro corazón y también aquel que tanto nos ama.
Nos gana la paranoia
que no nos deja apreciar
aquel beso en los acais, aquel sincero abrazar.
Destrozamos los momentos
de aquellas tardes de paz
cuando nuestra mente loca agranda una nimiedad.
Nos creemos que lo amado
nos pierde la lealtad
y todo lo percibido se nos figura pecado.
¡ Que difícil camaradas
que nos lleguen a creer
cuando en el alma ya pesan traiciones nunca olvidadas !.
2 comentarios:
ayyy... jondo jondo te sale este mirar ciego...
me ha llegao mu dentro quillo!
Mushas grasias shiquilla. Mi querida M.L., no te imaginas lo feliz que me hace tu fidelidad a mis escritos. Eres un sol.
¡Beso enorme!
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