La ilusión,
la victoria
y después, la traición,
la sangre,
los inciensos, y con el tiempo,
las calles teñidas de gris.
Siglos de espera,
las esperanzas,
y al final
cuatro tetas y una nave intergaláctica.
Ni los cielos lloran lo bastante,
ni los empedrados están para diluvios
ni las gentes puede cargar ya con sus vidas,
pero pueden alagar con sumisión a su tirano
… perdón, servir a su señor.
Los azucarillos se diluyen en la acera
y mientras tanto, yo … ya ves
… queriéndote y queriéndote,
intentando conseguir robarte el alma,
arrojando a vagar mis lágrimas
como un barco pirata al pairo
... de mar en mar.
... de mar en mar.
(Tano) 25.5.15
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