sábado, 16 de mayo de 2015


Siempre pensó que el descubrimiento de un prolongado engaño cambiaría sus sentimientos, por muy arraigados que estos estuvieran en su corazón.

Pero ha descubierto que no es así.

A pesar de todo la sigue queriendo ... y extrañando.

Yo, prácticamente impotente, tan sólo puedo sentir propias las lágrimas en mi hombro, sé que no tiene nadie más a quien llorarle, como siempre fue … como siempre será.

(Tano)

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