Yo ... me conformo con un crisantemo.
Sí, Joaquín, a mi también ha querido matarme la mujer de mi
vida,
pero la mía no se despertó cuando apretaba el gatillo
y logró consumar el sacrificio.
Ahora, más ligera de lastre, puede volar tranquila
... y yo, desde mi purgatorio, la bendigo.
(Tano)
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