Es la única
hembra que siempre me deseó.
Yo jamás le
hice ascos
... al
contrario,
siempre puse
facilidades para estar a su vera.
Pero estaba escrito
que nuestro
juego de seducción
iba para largo.
... Sigamos
paseando de la mano,
escuálida
damisela
de la guadaña
de plata.
Me matas cuando
cada día
muero tres
veces.
Me resucitas
cuando cada tres días
resucito.
En el declive
de nuestra primavera,
cuando tu
frialdad me congela el alma
... del
contenido del cofre
en el que
guardo tus esencias infinitas
sacaré los
leños y la yesca
que mantendrán
mi sangre caliente
y latente mi
corazón.
(Tano)
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