Es demasiado viejo para tener el privilegio de estremecerla.
Es demasiado joven para no desearlo.
Es demasiado soñador para no soñarlo.
Puede ser por tener más tiempo para decidir el destino.
Puede ser por miedo a llegar a ese destino por decidir, pero
sospechado y anhelado.
Puede ser por ambos motivos ... o por ninguno ...
No sólo uso la cabeza para intentar derribar muros de
piedra,
también la uso para tener algo que dote de sentido a la
almohada
cuando me acuesto en Luna nueva
... para no dormir.
(Tano)
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