Cuando decimos un escueto “No pasa nada” estamos dando una
prueba fiable de que algo pasa, pues esta expresión u otras sinónimas nunca
surgen cuando las cosas están en su punto habitual.
Lo malo de esos momentos son las incógnitas y dudas que
generan, sobre todo en lo referente a la posible culpa personal, pues las
personas no siempre somos conscientes de la posible repercusión de nuestros
actos, aunque sea de forma inintencionada. Yo, dubitativo y fiel compañero de la
duda, creo que estas son las únicas dudas que realmente me hacen sufrir y
envejecer, al tratarse normalmente de fricciones con personas amadas y muy
especiales.
Ay, el ser humano, inconsciente sufridor y a la vez
generador de sufrimientos.
(Tano) 30.1.15
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