Abandono a su suerte al tejado que cobijé,
resbalo de rama en rama
y me deslizo hasta el núcleo de la Luna
de la que me convertí en satélite.
De su comisura a su barbilla
dejo el rastro de tinte negro
que arranqué con el roce de mi líquida piel
al barniz de esa voluptuosa puerta del cielo,
… flexible compuerta de retén
para el estanque de dulce saliva.
Ahora me abrasa por fuera y por dentro
el fuego del corazón del volcán
que con mi aliento espero empañar un día.
Goteo, goteo …
(Tano) 1-2014
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