sábado, 8 de diciembre de 2012

EL FORASTERO (una delicia de BORGES)

Un obsequio de mi amiga Nora, ávida e inteligente lectora donde las haya.
 

Despachadas las cartas y el telegrama,
camina por las calles indefinidas
y advierte leves diferencias que no le importan
y piensa en Aberdeen o en Leyden,
más vívidas para él que este laberinto
de líneas rectas, no de complejidad,
donde lo lleva el tiempo de un hombre
cuya verdadera vida está lejos.
En una habitación numerada
se afeitará después ante un espejo
que no volverá a reflejarlo
y le parecerá que ese rostro
es más inescrutable y más firme
que el alma que lo habita
y que a lo largo de los años lo labra.
Se cruzará contigo en una calle
y acaso notarás que es alto y gris
y que mira las cosas.
Una mujer indiferente
le ofrecerá la tarde y lo que pasa
del otro lado de unas puertas. El hombre
piensa que olvidará su cara y recordará,
años después, cerca del Mar del Norte,
la persiana o la lámpara.
Esa noche, sus ojos contemplarán
en un rectángulo de formas que fueron,
al jinete y su épica llanura,
porque el Far West abarca el planeta
y se espeja en los sueños de los hombres
que nunca lo han pisado.
En la numerosa penumbra, el desconocido
se creerá en su ciudad
y lo sorprenderá salir a otra,
de otro lenguaje y otro cielo.

Antes de la agonía,
el infierno y la gloria nos están dados;
andan ahora por esta ciudad, Buenos Aires,
que para el forastero de mi sueño
(el forastero que yo he sido bajo otros astros)
es una serie de imprecisas imágenes
hechas para el olvido
.

3 comentarios:

Setefilla Almenara J. dijo...

Eres el segundo bloguero, que con pocos días de diferencia evoca a Borges, alguien a quien nunca he leído, salvo estas dos veces que menciono, dos veces en las que me ha gustado bastante lo leído.

Muchas gracias por traerlo tú también Felipe, seguro que la amiga Nora quedará muy satisfecha por la dedicatoria, si llegara a aparecer por aquí, le envío un saludo cariñoso y a ti un abrazo.

Setefilla Almenara J. dijo...


Ayer entendí que era un obsequio de tu parte hacia Nora, ahora que releo caigo en la cuenta de que es al contrario, perdón. Eso sí, lo demás lo mantengo todito.

Tano dijo...

Efectivamente, querida SETE, este poema me lo obsequió Nora en el facebook.
La verdad es que yo tampoco he leído demasiado de Borges, y siempre he sabido más de sus influencias, su vida y sus entrevistas que de su obra, pero las cosas sueltas que he ido leyendo me han encantado, aunque reconozco que tengo que hacer un esspecial esfuerzo de concentración, e incluso releer de primeras varias veces sus poemas hasta que soy capaz de disfrutarlos con soltura en todo su contenido. Al menos a mi me ocurre eso.

Muchos besos, amiguísima.