viernes, 14 de diciembre de 2012

LO QUE ME IMPORTA

 
 La introspección es incapaz de taladrar
la costra que recubre nuestra epidermis,
permeables sólo de dentro a fuera,
cascarones hechos de ideas paranoicas,
almas ascetas para carnes cavernarias.
 
 La posición más alta y noble
y también la más baja y rastrera
en la confusa jerarquía animal
ocupadas al tiempo por la misma especie,
pedazos de agua y carbono,
grasas escindidas de una triste ameba,
venidos a más por mor de unos pulgares
y de una inteligencia superior
con esencia bastarda y violenta.
 
 Y mientras tanto, mi minúsculo universo
satélite de un satélite que muestra
casi siempre su lado mas oscuro,
esclavo del olor de una flor que me llega
por efecto amigo de la fuerza centrífuga,
escribiendo versos de amor,
amansando arrebatos pasionales,
si hay aroma aún me quedará esperanza.
…¡Esperanza!, ¡coño!, ¡si era muy guapa!,
hace tiempo que no la recordaba
y con estas me ha venido a la cabeza,
¿qué habrá sido de ella?;
es sólo curiosidad, dicha sea la verdad,
nunca me importó aquella muchacha.

4 comentarios:

tecla dijo...

Cuanta profundidad y misterio en tus palabras, Tano.
Da gloria leerte.
Este poema es de los que más me han gustado.

Huellas dijo...


Abrirse puede dañar pero permanecer en la cueva no es vivir.
Somos una especie extraña donde las haya, que cierto es eso.
Y mientras tanto, disfrutar de tu pequeño satélite ensancha el mío.
Genial lo de la Espe!! así es nuestra mente va y viene a la velocidad del rayo.

Y que siga el poeta llenando los huecos de los otros planetas chiquitos.

Intenso primo, tiene de todo.

Besos



Tano dijo...

Amiga TECLA, me encanta que me digas eso, pues hay épocas en las que uno no está demasiado inspirado y se empieza a sentir un poco cansado, vamos, que cuesta trabajo concentrarse para escribir y dudas de los resultados. Comentarios como este le dan a uno un empujón importante hacia adelante.

Besos.

Tano dijo...

Pues lo de la Espe es absolutamente real, queridísima ANA. Hace años hubo una Esperanza en mi círculo de amistades que destacaba por su gran belleza, pero yo nunca tuve ninguna relación con ella, la verdad es que ni siquiera me atraía la idea de tenerla, pero naturalmente no me pasaba desapercibida en el aspecto físico. Este poema terminaba con la palabra esperanza, y al escribirla recorde a mi odiada Esperanza Aguirre, y se ve que como contraste me vino a la cabeza aquella chica, así que tal cual lo pensé escribí el final.

Musuak, reina indiscutible de la Ria del Nervión.