Dignificar la
podredumbre
de mis encallecidas costras,
exhumar mi músculo enterrado
bajo el mármol de la desidia,
fertilizar mis campos asolados,
reverdecer sus brotes
enrojeciendo su líquido subsuelo;
ardua labor.
Vuelo raudo sobre
páramos
abrasados por el ansia
de sentir humedades
sudadas a chorros por los barros
de tierras de color plateado,
de aguas con olor a sexo
sobre rutas de perfil peraltado;
fértil espera.
No se verá el
aterrizaje
entorpecido por la brisa suave
que me espera en el regazo
de tus pechos generosos.
Ser Dios abrazado a
tus caderas
colono de tus íntimas rojeces,
boca de tu risa en primavera,
lágrima en tus ojos cuando llores,
esponja en tu sudor,
perro leal que va siempre a tu vera;
mi redención.
7 comentarios:
Primo, la evolución del poema es genial. Del olor a tierra al cielo para acabar dejando la espada clavada.
Siempre dije que tus pasiones son un deleite para mis ojos.
Felicidades Tano, es precioso el paseo que te das por esas sensaciones
Ana
Y a ti, PEPE, que pocas palabras te hacen falta para decir muchísimo.
Gracias y un abrazo, primo.
No tan precioso, ANA, como gratificantes son los comentarios que siempre me dejas.
Musuak, primita norteña.
De eso trata este tinglao, primo
Qué hermosura de letras, niño. La fértil espera en el regazo de los generosos pechos para, a su vera verita, encontrar la redención...
Qué gusto leer esto que has escrito.
Felicidades, poeta, no me dejas indiferente, me transmites mundos.
Sete
Y que gusto recibir tus visitas y tus piropos,SETE, más conocida por "envidia de La Alhambra".
Yo te transmito mundos y tu me los transmites a mi cada vez que profano tu blog con mi presencia. Es bello portar cada día más mundos en la mochila, amiga.
Besos mundiales.
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