viernes, 17 de junio de 2011

VOLVER A JUGAR



Cambiar el paso a cambio de abrigo
sintiendo indolencia,
no cuentes conmigo,
para bien o para mal no lo consigo,
todo me duele y me falta la paciencia.

 Infantil parecerá mi posición,
para muchos carente de decencia
cuando hablo de sudor,
mas si falta el calor
a mi alma le remuerde la conciencia.

 Difícil mostrar lo que no siento
cuando hablo de amor,
mis palabras no hacen caso a la razón
y puedo causar daño,
o salir perdiendo yo,
pero solo, yo al final siempre me apaño.

 Son sus acais los que abrasan mis retina,
su risa cantarina me enloquece,
camelando sus rosas me lleno de espinas,
y aunque me pese
dejo jirones de mi piel por sus esquinas.

 Pero el amor no lo dan con garantía,
y a menudo trae defectos de fábrica
y renquea, y se para,
se funden las bielas,
afloran las lágrimas,
y  la soledad vuelve a plantar sus banderas.

 A pesar de todo, mi corazón inconsciente
tiene querencia a volver a jugar
y se me desdobla,
y cambia de canal,
se hunde en el barro más denso que encuentra,
y se la trae floja volver a palmar.
 

2 comentarios:

Unknown dijo...

El amor es así , como en el arte del juego ,no se abandona la partida y se apuesta todo o si ya perdiste junta coraje y vuelve a echarle ... cada amor es diferente, se vive diferente , pero es amor ...

Tano dijo...

Efectivamente MIRTA. Yo suelo decir que si no hay dos personas iguales jamás puede haber dos relaciones iguales, aunque una de las personas coincida. Yo siempre he sido una persona que se ha dejado llevar más por las vísceras y la intuición que por el análisis y el razonamiento en esas cuestiones, y eso me ha llevado a jugármela a cara o cruz muchas veces; ¿resultado?: digamos que comido por servido.

Besos.