miércoles, 13 de noviembre de 2013

UNA ESCENA, TAN SÓLO OTRA MÁS


En la tarde, un raído acordeón
con sonido a saxo desprovisto de sexo
fotocopia tres acordes sin síntomas de agotamiento.

A escasos metros, en el banco de enfrente,
el lejano oriente me saluda con una sonrisa lasciva
y, descarado, me muestra sus pálidos muslos.

No estoy de humor, me puede el corazón
y miro hacia otro lado,
… extraño algo,
extraño saber si tú me piensas,
… tan sólo eso extraño.

(Tano)   11-2013

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