miércoles, 9 de enero de 2013

ESTABA DORMIDO, HOY NO.


 Zig-zag, subo la cuesta,
…muy, muy cuesta arriba,
paso por delante
de las puertas del templo,
no siento nada,
ni siquiera desprecio.

 Enfilo la calle que parte la historia,
la que lleva hasta el centro,
y no veo nada,
todo el mundo ha muerto
dejando pudrirse las mesas
donde aquella tarde soleada
comían guisos de invierno.

 Entre las mismas piedras camino
y sobre el mismo suelo,
pero hoy todo es feo,
nadie hay que se vuelva a mirarte,
…ni vas de mi mano
…ni abrazo tu cuerpo.

 Siempre que sueño
lo hago contigo,
dormido o despierto,
si es despierto soy yo quien controlo
y lo pinto bello,
dormido suelen ser pesadillas,
tan sólo una vez
desperté contento,
más ahora descubro mi error,
era la excepción
aquel lindo cuento.

 Veo un yonki en la sórdida esquina,
voy a comprar, me siento con él
y llego a un acuerdo;
yo pongo el güisqui
y también la heroína,
...el pondrá las jeringas,
…y la noche el resto.

2 comentarios:

Carolina O. dijo...

A ver mi Tano querido..., como siempre la sinceridad por delante...; me dió miedo.

Ya me conoces. Eso de las jeringas no va conmigo. Mucho menos si combinamos la imagen del yonki, la noche y la heroína. Para mi manera de ver, es una situación que no puedo controlar, por lo tanto, me desespera, me paraliza.

Hoy no voy a entrar en el ya muy repetido y sabido comentario de que aunque me asusten, tus letras transportan. Eso ya lo sabes tanto como yo.

Te dejo un abrazo, (de los que gritan "cambiemos de ambiente por favor!!!).

Sabes cuánto te admiro... .
Caro

Tano dijo...

No te asustes, CARO, ni te paralices, que tienes muchas cosas por hacer, y paralizado no se hace nada.
Se trata tan sólo de un poema más, y como tal has de tomarlo. También en tus poemas hay un mucho de oscuridad en ocasiones, aunque sin drogas de por medio.
No siempre un poema es una crónica personal actualizada aunque algo de suelta de lastre puedan llevar todos.
Así, que si te asustaste por mi, a desasustarte y a seguir funcionando felizmente, que sólo se vive una vez, y el tren que se pierde no regresa a buscarte, aún no se inventó la máquina del tiempo.
Muchas gracias por tu lectura y tranqui, que de momemnto no voy por las esquinas invitando a güisqui, aunque estas navidades invité a un mendigo a una botella de rioja.

Un abrazo.