De escarlata el
ambiente se ha teñido
por la vuelta del pájaro cantor
que a los versos devolverá el color
si estos campos adorna con su nido.
En su pico se
distingue una flor,
bella amapola que añoran los trigos,
las caricias que anhelan sus amigos
son poemas de mieles y dolor.
Sobran ropajes, fuera
los abrigos,
que nos cale de letras su plumaje,
de su brillo queremos ser testigos.
De corazón queremos que, en su viaje,
se saciaran de vida los mendigos
de los versos que lleva en su equipaje.
4 comentarios:
Creo que este soneto ya lo leí, allí.
Bonitos versos para esa ave libre que tanto quieres.
Buen día de sábado, Felipe.
Un beso.
Estoy seguro de que lo leiste, mi querida SETE, pues sé que eres mi más fiel lectora además de una inmensa escritora, lo que me congratula doblemente.
Un millón de gracias, orgullo andaluz y desde luego de este humilde madrileño.
Besazos.
Me gusta transitar lento degustando tus huellas.
Un abrazo
Y aara mi es una satisfacción que te gusten mis poemas, amiga MARELLIA.
Besos.
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