Seguiremos en tus tirabuzones
enredando perdidos entre lienzos,
satélites de palma enamorada
y celosa de nuestra condición;
somos cinco y un solo pensamiento
centrado en esa seda de tormentos,
de risas y de alientos encendidos,
jadeos y veladas de salón.
Seguiremos rodeándote en tu lecho
fulminando distancias entre pieles,
serpientes de medusa que se abraza
a tu perfil de Diosa y tu calor;
purgando con ternura los errores
somos cuatro ansiando los colores
descompuestos del blanco por tu bruma
cuando rozas algún rayo de sol.
Seguiremos, sedientos insaciables,
rebuscando en tu Ser como zahoríes
manantiales de esencias y de besos
que amamanten anhelos sin pudor;
abrasados al roce de tus carnes
somos dos con marchamo de rufianes
randando tus lunares,
indefensas cuentas de ábaco,
sumas de pasión.
(Tano)
(Tano)