Afuera el sonido sería atronador
y las luces rojas y amarillas,
pero adentro todo era blanco
y silencioso.
En el regreso no reconocí el camino,
pero sentí el aura del lugar.
Sólo recordé que no quería salir,
que deseaba que todo terminara allí
… que era lo esperado.
Pero los deseos se hacen rogar
y he de vivir asumiendo
que aún queda sangre por verter
… que no es fácil que la paz
se deje besar.
(Tano) 18.12.14