domingo, 11 de mayo de 2014

ACCIDENTE


No puedo prescindir del olvido
de lo que nunca he olvidado;
tu olvido es el olvido
que siempre ando temiendo.

Ahora escribo
lo que adentro estoy sintiendo,
después, ya lo pensaré
… o no,
¿total, para qué?
… si pensar
no cambia el sentimiento.

¿Te hablo de mi niñez?:
nunca la abandoné.
¿Te hablo de mi vejez?:
comencé a morir
el día de mi nacimiento.

¿Mi norte?: ¡el sur!.
¿Mi luz?: ¡la Luna!.
¿Mis pecados?: no me arrepiento.

¿Te hablo de todo lo demás?:
accidentes … encuentros.
¿El más importante?:
¡tú!, sí … ¡tú!,
el que más adoro,
el que sangro,
el que merece la pena,
te lo escribo como lo siento.

Calor … siempre ando diciendo.

(Tano) 10-5-2014

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