domingo, 25 de septiembre de 2011

METAMORFOSIS




 Dirijo mis pasos al brillante empedrado
que algún tiempo atrás rebosaba sonidos
de pasos felices y gramática parda,
donde humo de polen nutria las almas.
 Y me encuentro muertos en donde antes cantaban
tribus procedentes de sórdidos valles,
criaturas satánicas de roja mirada
que se pudren solos en esquinas blancas.

 Traspasaron sus arcos en pasadas vidas
turistas albinos de dedos nerviosos,
que sacaban veloces las armas letales
con las que robaban almas en las plazas.
 Hoy solo hay manadas de traicioneros lobos
rondando sigilosos por las aceras
despellejadas en parte por las patrullas
de corazones rotos por las estacas.

 Vertiginoso cambio se produce en todo
cuando languidece el ojo que lo observa,
con distinta mirada, cargada de muerte,
y con la horma de la axila abandonada.

 Corazón en compañía o corazón solo,
pasos vivos o de loco moribundo,
me vuelvo al arrabal donde habitan los zorros
o al mar, o al monte, este ya no es mi mundo.

FEO (UN DIVAGUE, CON PERDÓN)




Veo todo feo.

 Veo gente jodiendo las baldosas con sus plantas.
 Cuando paran para cruzar un semáforo los confundo con las sucias paredes de ladrillo desconchado o con las nauseabundas siluetas de las papeleras.
 Los detesto.

 Veo aros de caucho profanando negros caminos de brea.
 Mientras miro a quienes los manejan espero para ver si saltan por los aires y me salpica la puta bazofia.

 Veo muchos uniformes, nunca matan a los malos verdaderos.
 No los miro de frente.
 Los temo y me temo.

 Veo mi orina cirrótica en mi esquina en propiedad.
 Apesta.

 Veo seres sarnosos sorprendentemente vivos sujetándose los ojos con tachuelas.
 Me veo.

 Veo gigantes de cemento y cristal que crecen y crecen sin parar.
 Soban toscamente el culo de las nubes aunque estas sean adolescentes.
 ¡ Hijos de puta ¡
 ¡ Como rocen a mi Luna mataré o moriré, o ambas cosas ¡

 ¡ Estoy hasta los cojones ¡
 ¡ Todo es mierda ¡
 ¡ Yo soy mierda ¡

 ¡ Necesito volver a ver con cuatro ojos mi horizonte de dos azules !

sábado, 24 de septiembre de 2011

ADIOS A LA LUZ





Refresca la brisa el paseo de los niños mientras comentan sus gestas de guerra,
armados tan solo con tirachinas
que siempre ganaron peleas
y nunca mordieron la tierra.

Vuelan sus mentes y lenguas para hablar de un futuro
plagado de ideas de cuero y de piedra,
de dibujos que se multiplican por el infinito,
de color en los ojos y en las camisetas
que se exponen para regocijo de los paseantes
en playas y pueblos los días de fiesta.

Quisieran mamar de aquel firmamento
preñado de constelaciones rojizas y bellas,
sus labios pueriles solo les alcanzan
temblando febriles a rozar la gloria
que da el roce de un beso sentido,
que da esa caricia de amorosas yemas.

Vuelta a la infancia,
logro de quimeras.

Revienta los sueños de los churumbeles
un brusco destello de fuego canalla
surgido de un fondo podrido de negra alacena,
secando los mares y los lacrimales,
mojando la espalda de aquel blanco cielo
que ya se ha perdido tras nubes fatales
nacidas de aguas obscenas.

Murieron los besos de las amapolas
al agotarse la sangre en sus venas.
No brillaba la piel de la Venus
al tornarse el mármol en cera.
Ya no juega en la orilla la niña
al sentir que una ola la lleva.
Ni los torpes tirones de pelos
que aquel niño travieso le diera
consigue que cambie su rictus
que no dice nada ni decir espera.
Los humos se contaminaron
y las risas son quejas.
Ni arenas ni piedras esperan mañana,
ni complicidades de noches en vela.

Adiós a la infancia que mojo su mecha,
adiós a la luz…,
…el invierno acecha.



 

martes, 20 de septiembre de 2011

FINAL SIN COMIENZO




Un estallido de sentidos mal informados
tiñeron de rojo un mar hasta poco antes azul
que ahora desprende nubes sulfurosas
ocultando una luna casi llena,
se esfuma el aura de la silueta de la ilusión
flanqueada por dos corazones de puro amor podridos,
por enviar mal las señales
y comprender mal los recibos.

 Besos, abrazos y suaves caricias
yacen en el pozo sin fondo y frío
de la repentina soledad más absoluta,
esa amarga y deseada compañera
que le hacen a alguien sentirse nada
aunque mil voces, ahora anónimas, le hablen,
y las ganas de facilitárselo a la Parca
resurjan del letargo en que yacen.

 El retorno a los fríos se reparten
entre montes con muros de piedra
y monstruos de frío y desleal cemento.

 El convencimiento de la inutilidad de un “lo siento”
y de la ofensa producida por un “te quiero” sincero
convierte en cánceres los intentos de esperanza,
en bilis los manjares más sabrosos
y el costado en amante de la lanza.

 Y en el comienzo del  ineludible final…
…solo queda llorar…
…si se puede.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

BULERÍA ROTA (LA MANCLAYÍ)




Chapoteaban en los charcos del poblado
al acercarse con andares presurosos
sus lindos pies desnudos y garbosos
buscando el son del toque de su bato.

 Sus caderas mareaban a las rosas
que se rendían humildes a sus pies
de ninfa frágil que trata de romper
en mil pedazos el cuerpo que la adorna.

 Sus bulerìas secaban llanto al río
y sus espumas le daban el compás
que en la cancela por una noche más
saboreaban los viejos y los niños.

 Pasaba el tiempo y creció la manclayí
enamorando con sus curvas imposibles
a los varones de todos los abriles
y a las muchachas de labios sin carmín.

 Pero la niña se quiso enamorar
como una loca de aquel crápula payo
que arrasaba en la ciudad igual que un rayo
y la obsequio con un final fatal.

 Lloraba sangre por los acais de miel,
nada ni nadie podía consolarla
no hubo manera de devolverle el habla
cuando añoraba los besos del infiel.

 Rota su vida no pudo retoñar,
no hubo mas son ni quejío en sus pulmones,
yermo su vientre y muertas las pasiones
de aquella alhaja no se supo más.

viernes, 2 de septiembre de 2011

EL PIRATA




 Alegría blanquinegra con mirada triste
que nunca apunta a los ojos cuando le hablas
con voz de memo y con infantiles palabras
de su gallardo porte y de su garra en ristre.

 Observador pertinaz, aprendiz de tigre
que va cazando moscas y cucarachas,
cuando le veo enfermo se me parte el alma
y no vuelvo a ser yo hasta sentirle libre.

 Es veloz su huída como bala de rifle
si de lo que ve no quiere saber nada,
enseña la pequeña zarpa si se enfada
y se esconde en una rama que no existe.

 Me gusta verle posar en mi patio
como una esfinge egipcia de pelusa
que no regala mimos ni mal fario,
me entrega el corazón cuando lo usa
y no conoce lo que es desacato,
vela por mí y conmigo desayuna,
todos le llaman “Pira” y es mi gato.