martes, 28 de febrero de 2012

MAL VIENTO DE LA NADA




Fue un error en el lubricado
lo que hizo que las sólidas bisagras
transcendieran el sensible límite
recomendado para el buen funcionamiento
de la dulce y obstinada entrada
que a la gloria daba acceso.

 Tan suave su recorrido,
tan ausente de resistencia
y rápido en la respuesta,
que el suspiro sin aliento
de una brisa imaginada
cerró la entrada de pronto
como si fuese un mal viento.

 Alguien lloraba dentro
sin darse cuenta
que la brisa no existía,
que no hay suspiros sin aliento,
que el destino de esa puerta
era la de dar paso
al llanto que quedó fuera.

 Dirigiose hacia el lavabo
para enjugarse  las lágrimas,
para verse en el espejo
y limpiar de grasa su mano.

4 comentarios:

Huellas dijo...

Volveré pronto... me he quedado en el umbral sintiendo esa brisa que me lleva a la gloria.

susi underground dijo...

¿Demasiada grasa?
Habrá que ponerse a dieta jejee

Me encanta la imagen de las bisagras, me recuerda a esas puertas del saloon del oeste, que baten hacia adentro y hacia afuera.

Los cuatro últimos versos dan la impresión de la sorpresa ante el espejo, del reconocimiento de la realidad, de limpieza y caminos nuevos.
Muy tuyo el estilo, muy bello tu estilo.
Requetebesos.

Tano dijo...

Pues me alegro enormemente de que te des un garbeillo por la gloria, querida ANA. Tu fidelidad como lectora y tus bellos comentarios consiguen que yo también visite ese lugar con regularidad.

Muxuak, amiga.

Tano dijo...

Lees mis intenciones como si las hubieras escrito tu, mi BELUÑÍ.

Lo ideal sería no tener que recurrir a la imagen del espejo en la vida real, pues cabe la posibilidad de que uno se acostumbre a esa imagen y pierda la capacidad de reconocer la realidad. Esto siempre acarrea una enorme cara de dolor para los implicados, pero bah..., como se suele decir: "cá uno es cá uno".

Todos los besos que quieras aceptar, Sultana.